La Gomera, al Oeste de Tenerife y desde donde se puede contemplar el omnipresente Teide. Tiene una forma casi completamente circular, es la más abrupta y solitaria del archipiélago.
Es la segunda isla más pequeña, después de El Hierro.
Para acceder a La Gomera se puede hacer a través de los vuelos interinsulares que los hay a diario – Binter – Desde Tenerife 35′ y desde Gran Canaria 45′ . Por via marítima desde Tenerife a través de Fred Olsen – Naviera Armas y Garajonay Expres.
La Isla presenta enormes acantilados, dando la sensación que el tiempo se haya detenido, se puede disfrutar de la naturaleza casi en un estado inalterado, virgen. Existen grandes bosques con especies autóctonas. La orografía de la isla es montañosa con barrancos y bancales o estratos en las laderas que forman círculos casi perfectos. Su pico más alto es el Garajonay,
También al igual que la isla de La Palma se registra el fenómeno de la «lluvia horizontal». La influencia de los vientos alisios llegan al punto de condensación en las partes inferiores e impiden la ascensión del aire húmedo formando un velo brumoso que se extiendo sobre la frondoso vegetación dando origen también al llamado «bosque pluvial».
La temperatura es de 20º a nivel de mar pudiendo descender a los 14ª arriba en las cumbres.
Aunque posee bellas playas éstas no son kilométricas y le pasa al igual que Isla La Palma que afortunadamente ello ha impedido al turismo masificado. La Gomera es un lugar para practicar el senderismo, gozar de la naturaleza en un estado puro, de sus frondosos bosques, barrancos y acantilados. Lugar ideal para practicar el turismo rural.
Parque Nacional de Garajonay – Es el mayor y se encuentra en el centro de la Isla. Es patrimonio Mundial declarado por UNESCO. Bosques de ensueño en los que predomina la «laurisilva».
Bosque tropical con especies endémicas que no encuentran en ningún otro lugar del mundo, hay quien dice muy acertadamente que se trata de fósiles vivientes. En Garajonay podemos encontrar la mejor representación de bosques de laurisilva del mundo, es toda una selva de «laurisilva» . Manantiales, saltos de agua. Paisajes de extraordinaria belleza.
Los Órganos – Se trata de unos acantilados espectaculares, la lava formó unos tubos como si de un gigantesco órgano se tratara y la erosión los puso al descubierto, ésta configuración tan espectacular se adentra en las profundidades del océano y sigue hasta fundirse con el fondo marino.
Bahía de San Sebastián – En esta playa de gran belleza recaló Cristobal Colón en alguno de sus viajes. Por este hecho La Gomera tiene la denominación de Isa Colombina.
Reserva Natural de Benchijigua – Rocoso con abruptas y verticales paredes. En este espacio natural se encuentra una gran concentración de especies endémicas protegidas.
Hablando de La Gomera no puedo dejar de comentarse su folklore, el más puro de las Islas con el famoso «Baile del Tambor», pero sobre todo el Silbo.
El Silbo consiste en una forma de comunicarse, una especia de lenguaje que con seis sonidos pueden hilvanarse palabras sencillas y comunicarse hasta 3 Kms. de distancia. El Silbo se remonta a épocas prehistóricas y surgió precisamente a consecuencia de la abrupta orografía de la Isla, con profundas gargantas y barrancos, posiblemente dos interlocutores por decirlo así, les separa poca distancia pero con el barranco entre ellos les supondría largas caminatas y tiempo para poderse comunicar, comunicándose de una forma práctica, con silbidos. El Silbo para que no se extinga se procura enseñarlo incluso en las escuelas.
Es anecdótico, en los restaurantes y más que nada por exhibición turística, lo camareros pasan la nota del cliente a la cocina mediante silbidos.
Otra singularidad es la pértiga. Debido a la orografía del terreno, los pastores empleaban una pértiga para salvar los barrancos y vaguadas y dando saltos con la pértiga hacían largos recorridos. Su uso aún se conserva. La imagen del gomero que se representa en las esculturas siempre viene acompañado de su pértiga